Esta segunda semana ya están acostumbrados a nuestra presencia en clase, los más pequeños se atreven a preguntarnos sus dudas y nos llaman "profes". La forma de dar clase Consuelo me gusta mucho, ya que primero les explica los conceptos teóricos, luego les pone ejemplos sobre ello para que lo vean prácticamente, y finalmente son ellos los que practican haciendo ejercicios que luego corregimos saliendo ellos a la pizarra.
En una de las guardias que hicimos Irene y yo esta semana nos enfrentamos a algo nuevo para nosotras. Era un grupo de 2º de ESO con algunos alumnos que se negaban, en un primer momento, a sentarse y trabajar. La profesora ausente les había dejado deberes en el moodle y, tras unos primeros minutos en los que Irene y yo tuvimos que ponernos serias, conseguimos que se sentasen y algunos trabajasen en silencio, otros estuvieron en silencio pero no realizaron la tarea. Esta situación ha sido nueva para nosotras ya que en las clases de Consuelo todos los alumnos se comportan con total respeto hacia Consuelo, nosotras y el resto de sus compañeros.
Considero que he tenido suerte de estar con mi compañera Irene en la guardia ya que creo que las dos nos hemos complementado muy bien a la hora de calmar a un par de alumnos conflictivos.
El miércoles los alumnos de 3º de ESO hicieron el examen y en la segunda hora (tienen dos horas de matemáticas seguidas) pude corregirlo en la pizarra con ellos. Algunos seguían nerviosos y se lamentaban de los fallos que se iban dando cuenta que habían cometido, de esta manera tanto ellos como yo vimos qué conceptos no les habían quedado claros del tema, ya que hubo un ejercicio en el que fallaron prácticamente todos.
Ha sido una semana en la que me he sentido muy cómoda, los nervios de los primeros días ya han desaparecido y ahora puedo disfrutar y aprender con más calma.
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